Con el ritmo: «Que no quede huella, que no, que no…» se desató la guerra para borrar pintas contra el gobernador Ulises Ruiz Ortiz. En el día se plasman infinidad de consignas repudiando al ejecutivo estatal. Por la madrugada, brigadas de trabajadores contratados por el propio gobierno las desvanecen con pintura vinílica de diversos colores. Es una verdadera batalla para que no quede huella, para que no corra la psicosis. Fachadas de casas, bardas, todo espacio disponible en la Calzada Porfirio Díaz, Avenida Juárez, fueron pintarrajeados por aspirantes universitarios, normalistas y por las pasadas marchas de los seguidores de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO).
Fuente: Raciel Martínez, NOTICIAS, 25 de agosto de 2006.