Castiga la APPO con propia ley.

Dos mujeres detenidas por haber golpeado a una maestra en una barricada del centro de Oaxaca.

Del 20 de agosto a la fecha, nueve personas han sido rescatadas de ser linchadas por la APPO por cometer algún presunto delito. Una comisión de vigilancia es la encargada de analizar los casos y determinar si son inocentes o culpables. Las últimas personas que han sido juzgadas en el quiosco fueron Gustavo, de 37 años, su cuñada y su suegra. Con los ojos tapados con un paliacate y sus manos amarradas con un alambre a una banca, Gustavo reconoció porque fue detenido por la APPO.

“Estaba en mi casa, llego mi esposa y me dijo que mi suegra estaba detenida, salí y se hizo el alboroto, no golpee a nadie”, contó. Al fondo del campamento, su suegra y esposa sollozan, también están atadas de manos. A decir de la comisión de vigilancia de la APPO, el robusto tipo quitó con prepotencia una barricada para dar paso al coche de su suegra y golpeó con una llave Stilson a una profesora. Eso generó la bronca. El asunto es que Gustavo, su esposa y su suegra también pertenecen a la Sección 22 del SNTE, se acreditaron y los dejaron ir.

La cuñada de Gustavo y una comisión de maestros abogaron por los detenidos y se los llevaron. Otro caso es el de Carlos y Mauricio. Dos jóvenes de 15 y 17 años. El pasado lunes (4) fueron detenidos en las inmediaciones de la Central de Abastos presuntamente robando. La comisión determinó que se pusieran a barrer el Zócalo para que quedaran libres. “No hice nada jefe, nomás oí que gritaron: ‘Agarren a ése, agarren a ése,” y me agarraron, me patearon y me raparon,” relató Mauricio.

El “juez” en turno, un profesor de San Bartolo Coyotepec, no le cree. “Donde dejaste el dinero, seguro se lo diste a uno de los compañeros. Ustedes son muy astutos, ya saben que no deben de andar robando o los lincha la gente”, les dice. Los jóvenes duermen en las bancas, sentados, también amarrados de las maños y con el rostro cubierto. Al amanecer, el fallo de la APPO es que levanten la basura del Zócalo y barran. Jorge Díaz, de 34 años, fue detenido el pasado 27 de agosto por colonos de la Central de Abastos con un cuchillo cebollero en la mano. Se le acusó de agredir a persona para asaltarla.

Jorge estuvo a punto de ser linchado y fue rescatado por la APPO, se encontraba con golpes contusos atado a un poste con una leyenda en su pecho que decía: “Estoy aquí por rata”. La comisión de la APPO lo llevó al quiosco. “Tampoco se vale, está bien que no haya Policía, pero no se vale hacer justicia por propia mano”, señalo un mentor con un palo en mano. En la mayoría de los casos, los detenidos han pasado la noche en el quiosco, saturado con propaganda de la APPO. También se les da café y pan. Los otros casos son el de Fidencio Gómez, detenido en estado de ebriedad y acusado de provocar a los disidentes; Julián, de 25 años, acusado de robo, y Adrián Sotelo, de 16 años y golpeado por vecinos de la Central de Abastos por robar a un locatario.

Fuente: NOTICIAS, 1A /2A, AGENCIA REFORMA, jueves 7 de septiembre de 2006

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