La decisión del gobierno de Vicente Fox de usar la fuerza pública en Oaxaca impactó en la ciudad de México. En el Eje Central jóvenes encapuchados -de los cuales se deslindaron la propia Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y la sección 22 del sindicato magisterial- se enfrentaron con granaderos luego de bloquear la avenida y tomar dos trolebuses para levantar las «primeras barricadas» en el Distrito Federal. Una hora después, la policía recuperó los vehículos y reabrió la circulación. Los integrantes del movimiento oaxaqueño que desde el 9 de octubre se encuentran en plantón en la capital llamaron a los jóvenes a despojarse de pasamontañas y paliacates.
Una de las maestras, con la ayuda de un altavoz, les demandó quitarse la «máscara» porque «nuestro movimiento tiene nombre: se llama Oaxaca». Tras percatarse de las acciones de ese grupo, integrado por unos 30 jóvenes -que dijeron ser «anarcos» y estudiantes de la UNAM y el IPN-, Omar Olivera, coordinador de la huelga de hambre y miembro de la comisión de prensa y propaganda del plantón, deslindó al movimiento. Los embozados «actuaron al margen» del plan consensuado por integrantes del magisterio y la APPO, señaló. Ante el operativo policiaco en la capital oaxaqueña, los integrantes del movimiento en el Distrito Federal sostuvieron una reunión urgente en la que acordaron como primera acción cerrar el Eje Central, indicó Olivera, al precisar que nunca determinaron tomar trolebuses para levantar barricadas, y mucho menos enfrentar a la policía.
Pasadas las cinco de la tarde, los miembros de la APPO y el magisterio, así como otras organizaciones solidarias, se concentraron en el Eje Central. Un grupo de granaderos se colocó en el último carril de la avenida para evitar el cierre total y permitir el paso de vehículos. Sin embargo, los encapuchados les arrojaron botellas, palos y provocaron el roce físico con los granaderos, quienes no respondieron a la agresión y únicamente se defendieron de los proyectiles con sus escudos. Fueron obligados a replegarse. Los embozados, que en su mayoría vestían de negro y portaban chamarras con estoperoles, tomaron los trolebuses números 9766 y 9763 y los atravesaron en el Eje Central. Llegaron refuerzos policiacos y la tensión fue en aumento hasta que la APPO y el magisterio convocó a retirarse del lugar y partir en marcha hacia Reforma y Bucareli.
La marcha de la asamblea popular y el magisterio avanzó por Bucareli hacia las instalaciones de Televisa sin detenerse en Gobernación, pero los mismos jóvenes embozados derribaron las vallas que resguardan la dependencia, se lanzaron contra los miembros de la Policía Federal Preventiva y se empujaron entre ellos. Luego lanzaron a los uniformados piedras, trozos de madera y llantas. Al percatarse de que los oaxaqueños continuaban la marcha, abandonaron el lugar para alcanzarlos a las afueras de Televisa. Allí los miembros de la APPO y los maestros realizaron un mitin para exigir a la empresa un espacio para dar a conocer su versión sobre los acontecimientos en la entidad. Luego regresaron a sus campamentos frente al Senado.
Fuente: Karina Avilés, Alejandro Cruz, La Jornada en Internet,
http://www.jornada.unam.mx/2006/10/30/index.php?section=politica&article=016n1pol 03/01/2012