Danzas y oraciones desde el fondo del corazón para que haya una solución política.

La caravana de la paz de la organización tzotzil de Las Abejas, que viajó desde Acteal hasta la catedral de Oaxaca y penetró el cerco gris de la Policía Federal Preventiva (PFP) que rodea el primer cuadro de la ciudad, pidió en sus oraciones y danzas que los gobiernos federal y estatal tengan «suficiente voluntad política» para lograr una solución a la crisis que atraviesa el estado. «Eso es todo», concluyó José Vázquez, presidente de la organización, después de entregar la bandera blanca ­que viajó de Chiapas a Oaxaca­ a las comunidades eclesiales de base de esta entidad.

Y, en efecto, eso fue todo: una devota ceremonia de oración, muy al estilo indígena chiapaneco, «desde el fondo del corazón», con danzas, candelas y música entonada por las suaves voces del Coro de la Tierra Sagrada de Acteal, en el atrio de la catedral de Oaxaca que, por primera vez desde que la PFP tomó el control del zócalo, es visitada por una movilización popular. Un acto religioso que culminó cuando las silenciosas mujeres de los Altos chiapanecos ofrecieron sus alcatraces a los policías de la PFP que las rodeaban en un cerrado cordón de escudos y toletes en torno al pequeño contingente de peregrinos. Pocos policías se atrevieron a recibir las flores.

La procesión de esta organización eclesial de base requirió que, con horas de anticipación, se negociara con el alto mando de la PFP su ingreso al primer cuadro de Oaxaca. Fue necesario que desde las oficinas auxiliares del arzobispo José Luis Chávez Botello se llamara al comandante Gumaro Rodríguez para que la policía federal diera paso franco a la marcha de los indígenas chiapanecos. La fuerza federal condicionó su autorización a que solamente los peregrinos ingresaran al Zócalo por la calle Independencia, «y en mismo número salieran», sin que su paso fuera aprovechado por otros grupos «foráneos» que, según dijeron los oficiales federales, pudieran «enrarecer el ambiente».

La caravana de Las Abejas empezó su día con una visita simbólica a la sede donde se desarrolla el congreso constitutivo de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) para entregar una donación de despensas enviada por sus comunidades de origen en los Altos chiapanecos. Minutos antes del arribo de la procesión, los retenes de policías federales, que constantemente bloquean el paso vehicular y controlan el acceso peatonal en nueve hileras por todas las calles aledañas, tomaron formación de vallas. Ante la orden de «ya vienen» prohibieron el paso de los peatones. Las dos tanquetas que cierran esa vía hacia el Zócalo no se movieron. Los indígenas, que marchaban detrás se sus estandartes y una bandera blanca, tuvieron que caminar en fila india entre los dos vehículos y la valla de policías. Las fuerzas federales rodearon a los chiapanecos cuando llegaron al atrio de la catedral. Así transcurrió la ceremonia tzotzil, dentro de un cerrado anillo gris.

Fuente: Blanche Petrich, Enrique Méndez, La Jornada en Internet,

http://www.jornada.unam.mx/2006/11/12/index.php?section=politica&article=008n1pol 11/01/2012

 

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