Rueda Pacheco deslindó al movimiento de los partidos políticos «o de cualquier fuerza oscura». Refirió que los enviados de Gobernación, Ismael Urzúa Camelo y Alejandro Kuri Capur, dieron una respuesta negativa al planteamiento de instalar cinco mesas de negociación -una de las cuales tendría que ver con la dimisión de Ruiz Ortiz como gobernador- y cancelaron la vía de negociación con las secretarías de Hacienda y Educación, así como con el ISSSTE y la directiva nacional del SNTE. «Gobernación cerró filas con el gobierno estatal. Están en la idea y plantearon que platiquemos con los funcionarios del gobierno del estado, pero si no tenemos nada que platicar con Ruiz Ortiz, menos con cualquiera de sus funcionarios.
Pedimos mesas de trabajo, pero hace una hora nos informaron que no se podrá hacer ninguna reunión con dependencias federales, y están cerrando la pinza para golpear al movimiento magisterial», declaró. Ante esa perspectiva, anunció que una asamblea estatal que decidirá el siguiente paso del movimiento, confirmó el repliegue de los mentores al Centro Histórico y anticipó que no caerán en provocaciones ante la inminente intervención policiaca para romper el paro, iniciado el 22 de mayo. Denunció que no sólo policías vestidos de civil se han infiltrado en el plantón, sino que él y otros dirigentes han recibido amenazas de muerte contra ellos y sus familias.
Una vez que bajó del kiosco, Rueda Pacheco mostró a los reporteros dos mensajes de texto que recibió en su teléfono celular. El primero advierte: «Qué poca tu madre, tenemos a tu pinche vieja desiste o se la carga la chingada, pendejo. Respondes por su vida, manda a la chingada al pueblo. Tú decides». Uno más lo recibió mientras informaba a los maestros: «¿la quieres ver con vida o en bolsa negra? Desiste pendejo». Este es, dijo, el clima de tensión que se genera para debilitar el movimiento, pero acotó que ello no detendrá la instalación, este martes, de la asamblea popular en que convergen organizaciones civiles, sindicales y defensoras de los derechos humanos, que plantean la desaparición de poderes y la destitución de Ruiz Ortiz.
La «alerta máxima» derivó, además, en la compra masiva de máscaras antigás en las ferreterías del Centro Histórico. Como nunca, las tiendas registraron un boom en las ventas de esos artefactos y, según los dependientes, de mangos de herramientas y tubos por parte de los maestros, que se han armado inclusive de piedras y han concentrado bombas molotov para defenderse de una posible irrupción policiaca.
Fuente: Enrique Méndez, Octavio Vélez, La Jornada en internet,
http://www.jornada.unam.mx/2006/06/20/index.php?section=sociedad&article=040n1soc