In memoriam: Bertha Muñoz, Estela Ríos
Pasaban apenas de las 7 de la noche, la mayoría de la gente en realidad no sabía que había pasado en el transcurso del día con las movilizaciones de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Algunos cambiaban el canal mientras la telenovela se encontraba en comerciales, algunos otros se habían aburrido de las caricaturas, el canal 9 estaba fuera del aire. De pronto un grupo de mujeres, niñas, jóvenes, señoras, irrumpió en la pantalla con sus rebozos, paliacates y el puño levantado. Una sociedad entera fue sorprendida por la aparición inesperada de este grupo de mujeres en el canal local de televisión.
Los simpatizantes del movimiento que sabían que la “Marcha de las Cacerolas” del medio día, al llegar al Zócalo decidió iniciar un nuevo recorrido hacia el Canal 9 de CORTV para solicitar un espacio en el “canal de los oaxaqueños”. La marcha que convoco a más de tres mil mujeres llegó al canal, pidieron media hora y no les fue concedida, así que las mujeres pidieron al personal del canal retirarse, por que el canal iba a ser tomado por ellas. Por supuesto que al abandonar el edificio, apagaron todos los aparatos, los desconectaron, incluso cambiaron algunos cables. Pero ya nada era imposible para aquellas mujeres.
La media hora solicitada a la directora consistía en media hora de denuncia televisada, puesto que los medios no habían denunciado los agravios del fallido desalojo del 14 de junio, los ataques a la brigada móvil por parte de los elementos de seguridad del estado, los ataques de sicarios a Radio Universidad. Con media hora bastaba, pero la negativa fue rotunda, ustedes no pueden.
Hacia mes y medio que se había conformado la APPO ante la represión al Magisterio, rápidamente logró un amplio apoyo ciudadano que demandaba la salida del gobernador Ulises Ruiz. Los órganos principales del gobierno se encontraban tomados: el palacio, la casa de gobierno, la cámara de diputados, el tribunal superior de justicia, la secretaria de finanzas, los juzgados. El movimiento quería demostrar la ingobernabilidad de Oaxaca con estas tomas.
Ese día, el 1 de agosto del 2006, el movimiento popular Oaxaqueño toco el cielo y lo hicieron las mujeres. Nunca un movimiento social se había tenido el control de un canal de televisión. Y este gran paso lo dieron las mujeres. La consigna fue clara, “los hombres aquí no mandan.” No podía ser de otra forma. Oaxaca es una sociedad en donde el caciquismo político ha construido al machismo. El caciquismo no solo es la forma en la que un grupo han mantenido el control político de este territorio, este también se ha expresado en una cultura de represión y explotación terrible hacia las mujeres y los pueblos indios.
La lucha del 2006, la lucha por la salida de Ulises Ruiz, tenía esa carga profunda de las mujeres en contra de su explotación y represión. La participación de las mujeres en el movimiento popular del 2006 fue fundamental y en menos de dos meses se gestó la posibilidad de contruir una nueva sociedad, que incluyera a las mujeres y a los pueblos indígenas.
Esa participación fue diversa así como diversas eran las mujeres que se sumaron al movimiento, feministas o no feministas, amas de casa, profesionistas, señoras, niñas, jóvenes, maestras, doctoras, campesinas, indígenas, mestizas. Cada una desde su visión y desde su experiencia expresaban ese descontento, más allá del repudio a Ulises Ruiz era un repudio hacia una sociedad machista y caciquil. Algunas en la asamblea, otras en la radio, otras llevando comida, otras dando resguardo, muchas otras curando a los heridos, otras más dando concejo y cobijo en las noches de ataques de policías y sicarios.
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