Con un manotazo en la mesa a manera de reclamo por la «traición» del PAN, que junto con el PRD aprobó un punto de acuerdo para exhortar a Ulises Ruiz a pedir licencia o renunciar a la gubernatura de Oaxaca, y con la advertencia de reventar la asunción de Felipe Calderón, el coordinador del PRI, Emilio Gamboa, hizo dudar a los panistas por su desliz con el perredismo y los obligó a posponer un debate sobre la situación política en esa entidad, pactada por los coordinadores legislativos. La sorpresiva alianza PAN-PRD amenazaba convertirse en revés para los tricolores, quienes ayer dejaron ver grietas en el «apoyo incondicional» al gobernador de Oaxaca, respaldo que no pocos consideran excesivo e injustificado.
Gamboa, entrevistado tras la sesión plenaria de su grupo, previa a la sesión, declaró que la permanencia del gobernador «es una decisión muy personal de Ulises Ruiz; él debe tener un alto sentido de responsabilidad con su estado, con los oaxaqueños, y tiene que valorar si puede seguir gobernando o no», y poco antes, otros legisladores del PRI habían manifestado diferencias. Las contradicciones que habrían de generarse en el seno del priísmo se produjeron temprano en la reunión plenaria, donde un grupo identificado con las corrientes más conservadoras de ese partido emprendió una defensa radical de Ruiz. Se escucharon argumentos carentes de solidez, que no obstante abonaron a la construcción de un discurso para descalificar a los caídos: «esos muertos no representan a Oaxaca», afirmó con frialdad Jorge Toledo.
Pese a la satisfacción que causó entre la mayoría de los priístas la intervención policial, una voz discordante provino del ex gobernador de la entidad José Murat, quien advirtió que en Oaxaca «el uso de la fuerza, no debe operar, ni como el último recurso». Al contrario, Emilio Gamboa tiró línea a sus compañeros, al advertir que «estamos sosteniendo a Ulises contra todo; queremos seguir apoyando al gobernador de Oaxaca, queremos seguir apoyando al PRI». No obstante, contradictoriamente no habló de los oaxaqueños. El punto de acuerdo de la discordia, segundo tema en la agenda de la sesión ordinaria y uno de los pocos que en esta legislatura han alcanzado la votación de dos tercios de la asamblea para darle trámite de urgente y obvia resolución, era la propuesta perredista de exhortar a Ruiz a pedir licencia o dimitir. Javier González Garza, coordinador del PRD, leyó el punto de acuerdo y mencionó que, a solicitud del presidente de la mesa directiva, el panista Jorge Zermeño, la discusión sobre Oaxaca sería a las 13 horas.
En un acto poco usual, pidió la palabra el coordinador panista, Héctor Larios Córdova, quien desde la tribuna justificó la intervención «muy pulcra» de la Policía Federal Preventiva en Oaxaca para restablecer el control de algunas zonas de la ciudad. Culminó con una frase que llamó la atención de los tricolores. «Por ello, con el ánimo de contribuir al restablecimiento total del orden, de la normalidad, el grupo del PAN se suma a este punto de acuerdo para exhortar de manera decidida y enérgica al gobernador de Oaxaca a solicitar licencia o a presentar su renuncia… Es hora de manifestar el amor por Oaxaca, es hora de ceder, es hora de construir acuerdos en una mesa de negociación y de manifestar libremente las ideas sin afectar los derechos de otros.» Como resorte, Gamboa se levantó y convocó a sus más cercanos colaboradores para encarar este inusitado apoyo a la proposición del PRD.
Varios priístas se dirigieron a los panistas para reclamarles su «traición» y exigirles que trasladaran el debate sobre Oaxaca para el martes para «reagruparse» y presentar allí «un solo frente», y al mismo tiempo advertir que estaba en riesgo su apoyo para la toma de posesión de Calderón; eso sin contar las reformas que pudiese enviar la siguiente administración, demanda a la que de inmediato se plegó el PAN. Pasaron casi dos horas, hasta que el perredista Alberto Esteva Salinas pidió hablar. «Había un acuerdo para que a la una de la tarde se tratara el asunto Oaxaca. Son las 14:50. ¿Qué sucede? ¿Por qué no se puede abordar Oaxaca y la crisis que enfrentan 3 millones de oaxaqueños?», preguntó a Zermeño. -Hubo una solicitud verbal de los coordinadores de PRI, PAN y PRD para que el asunto se discutiera mañana. (Por ello) hemos continuado con el orden del día, diputado -respondió Zermeño.
Pero Esteva refutó al panista, al señalar que dicho acuerdo no lo había aprobado el PRD y demandó que se tratara el tema, como habían acordado temprano cinco de los ocho coordinadores. Zermeño pidió que la asamblea decidiera sobre esta petición. Panistas y priístas votaron en contra. Manuel Cárdenas (Panal) volvió a poner en aprietos a Zermeño cuando le dijo que un acuerdo verbal no podía estar por encima de uno firmado. El panista se defendió, al tiempo que recibió un texto, ahora sí, firmado por PAN, PRI y Verde, con la solicitud formal para pasar el debate de Oaxaca al martes, a la que de inmediato se dio lectura. Los reclamos siguieron y Layda Sansores (Convergencia) condenó el proceder de Zermeño.
«Aquí, donde se hacen las leyes, se viola la Ley Orgánica. No quieran hoy, con salidas leguleyas, suprimir la libertad de los legisladores que quieren pasar a tribuna para tocar un tema fundamental. Eso no es la primera vez que sucede, señor presidente… Usted, desde su curul, le preguntó al diputado Gamboa que si estaba de acuerdo… Esto no es más que el sometimiento y el vasallaje que hay del PAN con el PRI. Aquí ustedes están arrodillados ante el poder real de la Cámara, que es el PRI, está decidiendo el diputado Gamboa. ¿Qué le temen? Los está asustando con el petate del muerto… Yo no sé de tanta cobardía, al grado de ustedes posponer un debate», sentenció la legisladora, aunque ni con esta reflexión consiguió que se hablara más de Oaxaca.
Fuente: Ciro Pérez, Roberto Garduño, La Jornada en Internet,
http://www.jornada.unam.mx/2006/10/31/index.php?section=politica&article=014n1pol 04/01/2012